La nueva vida de dos siamesas separadas
Se recuperan y podrían volver a su país
Paula Gil, EFE
24 de Enero de 2008
PALO ALTO, California - Yurelia y Fiorella Rocha Arias, las siamesas costarricenses de dos años que nacieron unidas por el pecho y fueron separadas en un hospital californiano el pasado 12 de noviembre, ya caminan solas y podrían regresar a su casa muy pronto.
Aún prefieren dormir pegadas
Yurelia y Fiorella hoy siguen durmiendo pegadas la una la otra como tuvieron que hacer hasta su segundo cumpleaños, pero una vida independiente acaba de empezar para ellas tras ser separadas con éxito en un hospital californiano.
Parecía un milagro... Las pequeñas correteaban el pasado martes por los pasillos del Hospital Infantil Lucile Packard en Standford (California) ajenas al revuelo mediático, jugando y riendo con los periodistas pero sin querer separarse demasiado de su madre, María Elisabeth.
Entre lágrimas, María daba gracias a Dios, a los médicos, a su esposo José Luis, a los ciudadanos de Costa Rica y Nicaragua -país de dónde ambos proceden- y a la Organización Mending Kids, que organizó el traslado de las niñas a Estados Unidos y costeó transporte y alojamiento.
"Nunca perdí la fe de que fueran separadas", afirmó María, que añadió que confió en Dios para que "diera entendimiento a los doctores".
Aún no ha sido confirmado, pero María cree que podrían regresar a Costa Rica en febrero y dijo que lo único que quiere hacer cuando llegue allí es disfrutar de sus otros nueve hijos y de su marido Jose Luis.
"Simplemente, comenzar una nueva vida, pidiendo a todos que sigan apoyando al hospital y ayudando para que otros sueños se hagan realidad", relató María.
Con vestidos idénticos pero chaquetas de colores diferentes para poder distinguirlas, Fiorella y Yurelia demostraron esta semana que son dos niñas normales con muchas ganas de vivir.
Pocos podrían decir que el pasado 12 de noviembre superaron una complicada intervención quirúrgica de nueve horas de duración y con sólo un 50 por cierto de posibilidades de tener éxito.
Las pequeñas nacieron unidas en el pecho y el abdomen y situadas cara a cara, un tipo de unión que se conoce como toracoonfalópaga. Las pequeñas compartían el hígado y las aurículas derechas de sus corazones estaban conectadas.
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