Territorio Sonoro es publicado todos los sábados en El Universal.
¿Quién es tu jefe?
-Yo no sé cantar.
La banda del carro rojo
Antes de morir, la primera memoria de Sergio Gómez y José Luis Aquino fue torturada con la pregunta: ¿quién es tu jefe? No se sabe si cantaron.
Los crímenes en la escena musical popular han existido siempre [Selena, Peter Tosh y Tupac Shakur], pero, en las últimas semanas, se ha focalizado la atención en las muertes de Zayda Peña, Sergio Gómez y José Luis Aquino por su simultaneidad [30 de noviembre, 2 y 5 de diciembre] y el manejo mediático-lacrimógeno que, en primetime, el show business les ha dado.
Sus finales fueron tensos. A los hombres les magullaron los genitales y luego les asfixiaron, mientras que la mujer, como una bestia, fue rematada por dos sicarios dentro del hospital donde era atendida. Se ha dicho que el oficio del grupero está amenazado y casi por automático se le relaciona con el narcotráfico; por ello, los recientes homicidios se han manejado como venganzas asociadas al leitmotiv sonoro de los fallecidos; sin embargo, ni K-Paz ni Los Conde interpretan narcocorridos, mucho menos Zayda Peña y los Culpables: tocan baladas románticas a ritmo de pasito duranguense o tex-mex. Entre los que sí saben cantar narcocorridos están los Tigres del Norte, Beto Quintanilla, cuyas canciones abanderan videos del Cártel del Golfo en YouTube; Los Tucanes de Tijuana, que cantan a los Arellano Félix [“El papá de los pollitos”]; Valentín Elizalde, que compuso para el Cártel de Juárez [“El Rodolfillo”]; también Lupillo Rivera [“Un narco y dos federales”], Banda los Porteños [“La fuga del Chapo”], Los Parientes [“Tierra de Jefes”], Los Periqueños de Sinaloa [“Los cinco gallos”], Grupo Cártel [“Oficio pistolero”], El Tigrillo Palma [“Los chiquinarcos”] y más.
En YouTube, las bandas ayudan al común a decodificar su pensamiento genérico, configurado a partir de la taxonomía de la familia Phasianidae [de los gallos], con la que sus altos mandos se identifican; ahí, los cárteles se jalonean las crestas y cananas y ridiculizan al resto llamándoles ‘pollitos’ [“Muchos pollos que apenas nacieron,/ya se quieren pelear con el gallo…”]. Así, la música vocal del narco burla el fuego, se mofa de los caídos y se la canta a los contrarios. También hay tradiciones en las estratagemas. Desde antaño, los pueblos que conquistaban a otros les enunciaban sus opciones y derechos; si se resistían, se desenvainaban las espadas, nunca antes —esto ejemplifica la trascendencia del diálogo en el enfrentamiento—; del mismo modo, el narco utiliza la música para tatuar la memoria y advertir: es su emblema de poder, y ya ante la no-alineación, vienen los ataques por la espalda.
El narco se ha estructurado al grado tal que cuenta con su intelligentsia y, no cabe duda, alguno de los ataques a músicos populares fue su producto creativo, lo mismo que el desmedido éxito en ventas de otros tantos. Sin embargo, el auge del narcocorrido no sólo está impulsado por dinero lavado, la fórmula poética del corrido corre por la savia de la lírica popular y no es exclusiva de arquetipos o zonas geográficas, aunque dicen que “para canciones el sur, para corridos el norte”.
El corrido —basado en romances burlescos— versa sobre antihéroes y tiene por desenlace un sacrificio, la traición o la muerte; mientras que el narcocorrido remarca quién detenta el poder y por qué: alaba a capos, aunque hay juglares old school que —a modo de narradores testigos— se limitan a ser cronistas de sucesos (como Paulino Vargas, Julián Garza o Teodoro Bello), sin manifestar animadversiones o empatías. Si el subgénero gusta tanto es porque retrata realidades nacionales con las que la gente, más que por bailar, se identifica: el performance del narco engulle a todos y para muchos ha sido el escape de la pobreza, muy a pesar de la violencia.
Hoy la escena musical cuenta con mártires, altares y leyendas [Malverde, Chalino Sánchez, Valentín Elizalde, Javier Morales, Banda Fugaz], mientras las autoridades-gallo alternan entre Ventaneando y La Oreja y nos cantan los muertos que, a manos del crimen organizado, suman 2000 este año, según reportan fuentes periodísticas.
Zazil Collins momalina@gmail.com colabora en “Pocajú”, el programa de rara flora y fauna musical de Ibero 90.9, que se transmite cada sábado a las 10 a.m. Da vida a la siamesa Moma Nané, la única en el mundo que vive unida al dedo meñique de Candela Aianda, su hermana.
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